martes, 17 de julio de 2012
Un mal ejemplo: La austeridad en España
Se nos intenta vender la nueva idea neoliberal de que el empobrecimiento de la población es buena para la economía.
No hay nada más perverso y más dañino para la clase trabajadora, para los autónomos y empresarios que esta afirmación. El empobrecimiento de un país significará una mayor diferencia entre ricos y pobres, la carestía de lo básico para las personas más débiles y un regalo para los grandes grupos empresariales, que tendrá mano de obra casi esclava de aquí en adelante. ¿ Es este el futuro que deseamos para nuestros hijas e hijos ?
Un Estado es incapaz de sostener mínimamente las pensiones, la sanidad, la educación, con una masa salarial en declive. Si la tasa de paro sigue creciendo la solución no es que trabajen más los que tienen jornal y cada vez por menos, sino que se mantengan los salarios referenciados a la subida de los precios y que se estimule el mercado de trabajo reduciendo las horas laborales. El reparto del poco trabajo existente se tiene que instalar en las sociedades avanzadas, y hay que fomentar el estímulo de la economía real, y dejar aparte a los entramados financieros que son como un agujero negro supermasivo en el que cualquier capital que se introduzca es vano, ya que siempre quieren más. Es una realidad que los mercados financieros son insaciables y solamente buscan su beneficio propio, sin importar el contexto socioeconómico en el que se desarrollen. Intentarán destruir el sector público para sacar beneficio propio mediante los tentáculos de sus compañías de salud, seguros, etc... Están desgarrando Estados completos con el fin de que el ciudadano pierda definitivamente sus derechos y se convierta en un consumidor de empresas que sustituirán al Estado de Bienestar Europeo.
Una entidad financiera que vaya a quebrar pedirá un rescate a un Banco Central o a un Estado para que mediante los salarios de las trabajadoras y trabajadores se socialicen sus pérdidas. No es justo que en la situación actual los monarcas den este mal ejemplo: bajarse el sueldo un 7% es un ejemplo dañino para la sociedad.
No hay que bajar salarios ni recortar derechos, hay que afianzar lo conseguido porque dicho progreso se ha conseguido con décadas de lucha por mejorar derechos y prestaciones, y no deben ser los mercados financieros corruptos, oscuros y que no velan por el bien de la sociedad los que dirijan las naciones.
Madrid 17.07.2012
Juan María Hernández Pérez
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